1. Teoría
Estas son las maneras (ordenadas desde la más adecuada y pacífica a la más perjudicial y violenta) que Gian ha logrado determinar para ayudar a aquellas personas desorientadas y perdidas;
para sacarles de ese estado con el fin de que utilicen un “Método” y así enfrenten sus problemas.
Este Método puede ser uno propio de ellos, o el de otra persona;
pero la finalidad es darle o explicarle a alguien las bases desde la que enfrentar problemas internos y externos con opciones y consejos que permitan crear y utilizar una filosofía de vida,
forma de vida y objetivos propios para cumplir ciertos objetivos DE FORMA POSITIVA (Un Método). También aplica en el caso de buscar llegar a un acuerdo con un individuo en cierto momento de nuestras vidas.
(Ir usando cada una de las maneras con sabiduría y buena voluntad, hasta que alguna haga efecto, desde la primera a la última sin olvidar, porque, como, para que, cuando, donde y contra quien usarlas (estamos tratando de solucionar problemas emocionales, espirituales y psicológicos; esto no aplica para solo psicológicos); se debe perseverar y tolerar mucho una manera ANTES de pasar a la siguiente.)
- [LO PRIMERO A INTENTAR] Proponer, lo primero a hacer es proponerle al sujeto una ayuda, una solución, una respuesta sin mayores explicaciones ni pensamiento detrás; sino simplemente el enunciado o propuesta, esperando que la lea, entienda y piense cómo aplicarla.
- Animar, si lo anterior no resultó, ya sea porque el sujeto no leyó la propuesta o porque quedó con una duda ya sea tratando de entender o aplicar; entonces Anima al sujeto a pensar en ella con mensajes o intenciones sin mayores justificaciones como: “Intentalo”, “Sigue así”, “Yo te puedo ayudar”, “Por favor”, “Solo un poco más”, etc. Esperando que así lea la propuesta o solucione su duda con mayor determinación.
- Motivar, si el sujeto ni con esos ánimos intento leer la propuesta, reintentar, o simplemente hallar solución a su problema, entonces se debe Motivar al individuo con una breve justificación o causa detrás de estos mensajes de animo mas completos (Motivadores). Ejemplos serían: “Al igual que yo, tu eres capaz”, “esto te puede ayudar, dale una oportunidad”, “Pruebalo desde otro enfoque de seguro estás olvidando algo”, “Solo tu puedes hallar la respuesta, es tu vida, no la mía”, “¿Porque no intentarlo?”, “Esta es tu batalla, no la mía; cuenta conmigo para ganarla pero quien la dirige eres solo tu.”, “Enfrenta el problema con más fuerza, recuerda lo que has vivido”, etc. Esperando y ayudando al sujeto a que lea la propuesta, o vuelva a intentar solucionar su problema.
- Incentivar, si el sujeto aún con mensajes motivacionales no lee la propuesta o responde sus dudas, entonces es necesario darle un incentivo que le diga una consecuencia de sus acciones de forma clara, ya sea diciéndole que gana o pierde al leer o volver a intentarlo. Ejemplos son: “Si lo lees puede que arregles tu problema”, “Si me dejas ayudarte no tendras mas ese problema”, “Sigue intentando, las preguntas más difíciles son las que toman más tiempo y si te rindes nada habrá valido la pena”, “Si dejaras de fijarte en el lado negativo verias mas cosas buenas”, “¿Que tanto? ¿acaso pierdes demasiado por intentarlo?”, etc. Esperando y dando motivantes con consecuencias que hagan al sujeto leer la propuesta o solucionar su problema con mayor energía.
- Confesar, si el sujeto sigue sin mostrar interés o se está rindiendo, una forma de que piense o haga algo concreto para ayudarse a sí mismo, es confesandole pensamientos o sentimientos que tengas hacia él, pues de esta forma puedes hacerle ver o sentir algo que no había considerado y de esta forma motivar a solucionar el problema. Ejemplos serían: “Siempre me pareciste admirable, por eso puedes hacerlo”, “Tal vez no lo creas, pero eres importante para mi y por eso quiero ayudarte”, “Si no aceptas la ayuda te hallarás sin apoyo en tu vida, tu me ayudaste, ¿porque no puedo ayudarte a ti?”, “Yo pude superar mis problemas de esta forma, confió en que tambien podras, cree en ti mismo... hazlo por mi”, etc. De esta forma, puede que el sujeto despierte una necesidad de devolvernos el apoyo e intente aquello que le solicitamos.
- Argumentar, si el sujeto aún con un mensaje que buscaba provocar un cambio en su postura por medio de emociones o recuerdos, no presta atención o sigue con problemas que no logra resolver, entonces debemos acudir al uso de la razón con argumentos para hacerle ver y pensar que le beneficia leer la propuesta o resolver el problema escuchando su propio ser. Ejemplos son: “Léela para saber cómo ser feliz, eso es lo que quieres ¿no?” “Pudiste tener otros problemas antes, este es solo uno más fuerte, y sin embargo; tu también has mejorado, sigue intentando”, “¿Vas a rendirte después de todo esto? Piensa que todos los famosos estan donde estan porque se esforzaron”, “La vida no es fácil, y sin embargo muchos pueden vivirla, ¿porque tu no?, tienes todas las capacidades para lograrlo”, “Hay cosas que te hacen feliz, y solo por estas creeme que ya vale la pena intentarlo; ¿o acaso crees que para todos la vida es color de rosas?”, etc. esperando, ayudando e incitando de esta forma que el sujeto piense en tus argumentos y se levante para volver a intentarlo o preste atención a tu propuesta.
- Demostrar, si el sujeto tras unos argumentos de tu intención para ayudarlo o que él haga aquello que le estás diciendo, aún no presta atención o no confía en él y sus medios para enfrentar el problema; entonces demuestrale con hechos que le favorece considerar lo que dices o enfrentar el problema con mayor seguridad. Ejemplos son: “Dijiste que necesitabas ayuda, entonces tómala y hazme caso; ¿cuando te he mentido?”, “Tienes la respuesta a ahí pero no la aceptas, pregúntale a quien quieras y cualquiera te dirá que es como te digo…”, Pedirle ayuda en algo que sabes podrá ayudarte y después decirle que “¿Ves como puedes? tal y como puedes enfrentar tu problema”, “No eres débil, sino no estarías tratando de arreglar el problema, sino no estarías hablando conmigo, sino ya te habrías rendido…”, etc. Esperando una respuesta y continuando con la demostración hasta que el sujeto se anime a solucionar el problema o concederse a leer la propuesta.
- Insistir, Si aún el sujeto sigue sin intentar leer la propuesta/solucionar el problema; o, si lo ha intentado, pero ha fracasado y por ello se cree incapaz, entonces toca insistirle para que lo haga, molestarle y causarle la necesidad por medio de una intolerancia o irritación debido a nuestra insistencia que lo lleve a solucionar el problema o hacernos caso. Ejemplos son: decirle “por favor lee esto” todos los días, decirle “inténtalo de nuevo, tienes tiempo...” cada vez que falle, “Esto es como el nivel de un videojuego; No importa cuantas vidas pierdas, sino que para lograrlo debes intentarlo hasta aprenderte el nivel”, cada vez que te contraargumento decirle el mismo argumento pero con palabras distintas hasta que simplemente lo acepte, etc. Esperando a que tenga efecto y el individuo haga aquello que le solicitamos (además de que esto también puede tomarse como ‘insistir en nuestra ayuda hasta que la acepte’, siendo alguna clase de “base” con la que el individuo puede empezar a usar su propio Método).
- Disuadir, si lo anterior no ha sido suficiente o el sujeto sigue sin solucionar su problema, entonces debemos convencerlo con las maneras anteriores pero con otro enfoque: hacerlo cambiar de opinión, esto por medio de argumentos, demostraciones e insistencias que nos lleven a lograr nuestro objetivo. Por esto, debemos hacer un mensaje directo que lleve al sujeto a reflexionar y considerar nuestra postura para cambiar la suya, la forma de lograrlo dependerá de nuestra voluntad y razones que sostengan nuestro intento de convencimiento. Debiendo debatir contra este de forma paciente, respetuosa y sabia. A partir de aquí, si ya no logramos captar el interés o ayudar realmente al sujeto, no nos toca más que esperar, como se dijo en los consejos. NUNCA debemos abandonar a alguien sin importar el daño y lo agotador que pueda ser tratar con esa persona SI ES QUE nosotros deseamos y aspiramos realmente a “salvarla”, comprenderla o ayudarla. Sin embargo, ya no depende de nosotros y no podemos controlar lo que hace o deja de hacer.
- Persuadir, esto es otro de los métodos de convencimiento. Aquí nos pasamos a una manera que no le hará bien al sujeto en el momento, pues puede estar en contra a su voluntad… pero puede que sea necesario para conseguir aquello que busca (leer la propuesta o solucionar su problema). Con esto, me refiero a que en vez de hacerlo cambiar de opinión, intentaremos hacerlo seguir una opinión, pues hablamos de un sujeto que muestra señales de estar perdido y debilitado, necesita ayuda dada por algo fuera de él; siendo la forma de conseguirlo, la misma que con la disuasión (argumentos, demostraciones e insistencias que nos lleven a lograr nuestro objetivo: responder sus dudas). Por esto, debemos hacer un mensaje directo que lleve al sujeto a reflexionar y reconsiderar su postura tras haber comprendido otra que, gracias a nuestras razones y voluntad, puede parecerle “correcta”. Terminando nuevamente, en un debate de ideas contra este de forma paciente, respetuosa, consciente y sobre todo sabia. Nuevamente, si a partir de aquí no hay avances; toca esperar nuevamente, y solo cuando intentemos esta manera más de 1 vez y no hayan avances, ‘podemos’ pasar a la siguiente.
- Reclamar, si el sujeto aún no hace caso o acepta nuestra postura para intentar lo que le decimos, entonces aunque no sea la forma más sana; es posible que en este punto sea necesario reclamarle, o sea, atacar (sin insultos ni agresiones) con la finalidad que sienta cierto peligro y la necesidad de tomar en consideración lo que le decimos. Ejemplos serían: “¡Vine a ayudarte pero ni estás intentando!”, “Quieres solucionar esto pero te mantienes cerrado a una postura… ¡Y obvio que no funciona porque está mal!”, “Creía que eras distinto… ¿¡por qué estás siendo así!?”, “Ya me está hartando tu postura… ¿¡qué quieres conseguir!?”, etc. Intentando que el sujeto vea la intención y se sienta en una situación que no le favorece, despertando la necesidad de hacerte caso. Una vez más, paciencia y perseverancia; ayudar a otro sujeto nunca y para nada será algo fácil o rápido, pero si tenemos la voluntad, fuerza y capacidad para soportar toda esa carga y “Tormento” (mezcla de toda clase de sensaciones, pensamientos y energías negativas y perjudiciales para nuestra forma de vida y estado psicológico, físico, emocional y/o espiritual), entonces debemos seguir adelante. Si esta forma falla aún cuando fuimos más repetitivos e insistentes que antes, entonces solo queda seguir con la siguiente...
- Provocar, similar al anterior pero aumentando la violencia, ahora sí puedes usar insultos e incentivos negativos que provoquen un mayor impacto en el sujeto si lo anterior no fue suficiente (si es orgulloso o tiene algo de esperanza, funcionarán, de lo contrario, es recomendable analizar una decena de veces al individuo para identificar si estas acciones negativas le harán aprender del mal, o evitar estar en contacto con este). Ejemplos serían: “¿¡Acaso quieres ser débil que no lo intentas?!”, “Solo un tonto se rendiría tan fácilmente, ¿¡acaso no qué quieres ser alguien capaz?!”, “Vaya inútil, y pensar que te consideras alguien importante… ¿eso es lo que querías conseguir?”, golpear algún lugar para hacerle ver la gravedad de la situación, “Que no eres nada especial… ¡¿De verdad es en esa mierda en lo que crees?!” “¡Que sujeto más molesto! Si tan solo hicieras algo podrías destacar, pero nooo… ¡Prefieres estar en tu zona cómoda esperando que el resto se mueva!... simplemente patético... ¿¡así quieres vivir?!”, etc. Esto ya es muy violento y negativo para alguien que busca ayuda; pero si intentaste todas las maneras anteriores, si has llegado hasta estas es porque se requiere una gran fuerza y determinación con la que el sujeto deje su “burbuja” y decida usar o recordar su método, siendo la forma (tristemente) más efectiva, aquella con una oposición o sensación de peligro para el sujeto... ¿¿Sigue resistiéndose?? Paciencia, calma, sé sabio y no pierdas la cordura ni el foco; espera, deja el tiempo pasar y vuelve a intentarlo de otra forma. Las personas cambian, y lo necesario para que se permita ese cambio, es el tiempo; si este avanza, el sujeto y tú mismo también lo harán; solo no te rindas y sigue tratando.
- Discutir, si lo anterior no funcionó y si los métodos para convencerlo tampoco; es altamente probable que sea necesaria una discusión en la que se ponga a prueba cuál idea es más ‘fuerte’. Esto es similar a un debate o los métodos de convencimiento anteriores; solo que ahora sin el respeto, sin la paciencia y sin una gran sabiduría; pues se busca causar un daño al sujeto con el fin de que él mismo, tras recibir el daño a sus ideas, se de cuenta de sus errores y cambie tras haber perdido la discusión. Por esto, para lograr que lea la propuesta, que intente algo o que solucione su problema; es necesario una discusión con argumentos, insistencias, provocaciones, persuasiones y demostraciones que logran este cometido con éxito (se requiere preparación previa aprendiendo a debatir). Ya sabes lo que sigue: Espera, aguanta, aprende y después de haberte fortalecido y superado tu límite nuevamente, vuelve a intentar ayudar al individuo desde 0 hasta llegar a esta manera, si vuelve a fallar más de una vez. Pasa a la siguiente...
- Engañar, si lo anterior no funcionó, quizás sea necesario decirle que haga algo de una forma siendo que en realidad no es así, pero que gracias a ese engaño, pueda comenzar a hacerte caso y mostrar interés en leer tu propuesta o solucionar el problema (Engañar corresponde al uso de falacias en argumentación). Ejemplos son: “Albert Einstein siguió este método y mira como quedó, se volvió uno de los mayores genios del mundo”, “Recuerda, los superhéroes son buenas personas y por eso se volvieron grandes héroes”, “Lee lo que te propongo, entremedio te menciona a ti”, etc. Cabe mencionar que esta es la última manera que se puede utilizar para que una persona lea una propuesta o la aplique; pues no debemos obligar a alguien a seguir una propuesta específica debido a que tal y como nosotros podemos elegir, este sujeto también. Es por esto que las siguientes maneras que quedan son aplicables SÓLO cuando buscamos que el sujeto descubra o recuerde su propio método y responda las preguntas por su PROPIA fuerza; básicamente le daremos un impulso inicial por medio de una gran energía y determinación violenta (algo negativo pero necesario). Si llegamos hasta aquí, debemos parar durante un largo tiempo antes de continuar. A MENOS que estemos tratando con un ser y un individuo que nosotros consideramos que está difundiendo y defendiendo el mal y nosotros queremos hacerle cambiar eso a toda costa; solo así podemos aplicar el resto de maneras.
- Amenazar, si no ha habido éxito, para que alguien haga lo que le dices sea su voluntad o no, entonces debes amenazar, diciéndole que debe hacer y qué pasará si no lo hace. Ejemplos son: “Hazlo o romperé este objeto tuyo”, “Confiaba en ti… pero veo que no. No puedo tener a mi lado gente como tú...”, “Si no lo haces comenzaré a molestarte todos los días con esto”, “Solo los débiles son así… ¿acaso tú lo eres? Entonces, ¿por qué me pides ayuda? o aceptas mi ayuda o esto no tiene sentido”, etc. Esperando que ante la amenaza el sujeto actúe pues no querrá perder algo que le importa o ganarse algo que lo ponga en peligro. Si el sujeto tiene una voluntad, motivaciones, filosofía o principios tan fuertes como los nuestros o incluso más; debemos continuar con la siguiente manera. Si es un sujeto débil pero con intenciones negativas, démosle el tiempo pero no empecemos desde 0 la próxima vez, sino desde la manera número 11.
- Castigar, si las amenazas no fueron suficientes entonces hazlas, hazlas realidad durante un tiempo para que el sujeto vea que hablabas en serio y que por consecuencia, él también tome con seriedad la situación, agarrando la fuerza, voluntad y necesidad de superar el conflicto. Debes esperar un tiempo para comprobar si el sujeto cambió o se abrió a nueva ayuda. Si aún no sucede, entonces difícilmente se trata de un individuo con una convicción y voluntad ordinaria o indiferente; debes prepararte y nuevamente superarte a ti mismo antes de continuar con la manera 17; pues si realmente no se ha podido llegar a un acuerdo con el sujeto, ninguno ha podido bajar su postura o ser al menos un poco flexible; entonces solo en este caso, tras un tiempo de fingir y conocer a nuestro “oponente”, podremos aplicar la manera 17 sin abandonar nuestras verdaderas intenciones de hacerle ver al sujeto que está haciendo el mal (la razón por la que debemos replantearnos tantas veces durante el proceso si lo que estamos haciendo está bien o no, se debe a que perfectamente podríamos ser nosotros los equivocados, pero si hemos llegado hasta aquí, lo más probable es que hayamos aprendido mucho en el proceso y difícilmente nosotros estaremos comprendiendo mal lo que es ser “buena persona”).
- Agredir, ya si lo anterior no funciona estamos frente a los casos extremos. Debo admitir que no son maneras positivas ni que buscan ayudar, pero sí que son maneras que pueden lograr ayudar, pues si se ha tenido que llegar a este punto es porque es necesario que el sujeto pierda su batalla intentando defender su postura y simplemente intente aquello que le decimos al darle una nueva oportunidad. Ahora, en este caso, toca agredir emocional y psicológicamente al sujeto… siendo similar a las provocaciones, pero esta vez sin “¿acaso eso quieres?” sino solo combate, esperando que el sujeto abra los ojos y se dé cuenta de sus errores. Ejemplos serían: “¡Eres un inútil! No sé para qué me acerque a ti!”, “Sin duda eres débil, solo mira lo tonto que eres.”, “Me decepcionas… esperaba mucho más de ti, pero veo que solo eres un fracaso.” (amenazas con cosas o agrediendo aquello que le importa al sujeto, no personas), etc. Es casi seguro que pocas personas te lleven a este extremo, pero créeme que si lo han hecho, es porque es necesario para causarles un cambio que les haga moverse por su propia cuenta. Repite el ciclo de aprendizaje, reclutamiento, resistencia y entrenamiento antes de pasar a la penúltima manera aplicable a utilizar con un individuo para el objetivo que buscamos (“Enfrentar problemas internos y externos con opciones y consejos que permitan crear y utilizar una filosofía de vida, forma de vida y objetivos propios para cumplir ciertos objetivos de forma positiva”).
- Pelear, similar a agredir, pero esta vez, siendo un ataque físico y espiritual. Hablamos de una pelea en la que se pruebe quién manda, quién es el más fuerte; que aquel que venza deberá seguir y aceptar al otro... No hay nada de razón, comprensión; tú peleas para demostrarle que tu voluntad es más grande, que estás tan convencido de que se está haciendo daño al no abrirse a tus respuestas o intenciones de que él mismo debe hacer las cosas. Te peleas con él hasta que solo tenga la opción de aceptarlo. Lo importante es decir que una vez hayas ganado, debes darle una oportunidad. Pero solo cuando realmente lo hayas derrotado, humillado o destrozado es que puede cambiar de parecer… Si has llegado hasta aquí, y NINGUNA FUNCIONA, recupérate, tómate un tiempo libre, distánciate del sujeto y… aplica la última manera que nos sirve para nuestro fin.
- [SI NINGUNA FUNCIONA] Abandonar, este es el último recurso. Si ya nada funcionó, retírate. Se acabó. No me refiero a que te debas rendir, esta es otra manera más... la última; pues es un abandono total al sujeto con la esperanza de que después de haber hecho todo lo posible para ayudarle al punto de dañarlo y dañarte a ti mismo, y así el sujeto note tu ausencia, el daño que le provoca, y que tenga la necesidad indispensable de cambiarse a sí mismo, ya sea para demostrarte algo, para volver contigo o porque finalmente comprendió lo que decías. Pero repito, si después de ir desde lo pacífico, lo emocional, lo racional, la demostración, lo espiritual, lo provocador, el miedo, la violencia y lo arriesgado… es casi imposible que el sujeto no haya sufrido ningún cambio de opinión o postura. Y si de alguna forma es así… es que simplemente no te queda más que abandonar al sujeto, esperando que cambie de alguna forma, para que la próxima vez, si lo ves, si te habla, si hay interacción entre ambos; no sea por ti, sino por este sujeto. PERO SIEMPRE ten la puerta abierta a una nueva interacción entre ustedes dos (no lo bloquees ni te despidas de él/ella), pues como dije, NUNCA debes rendirte ante la posibilidad de salvar o ayudar a otro sujeto a hacer el bien… Aun así, si realmente algún sujeto te llevó a este extremo, es casi seguro que en el enfrentamiento anterior hayas alcanzado tu máximo actual espiritual, físico, psicológico y emocionalmente… pero bajo ningún motivo abandones para siempre al sujeto; esta manera se refiere a que la próxima vez no debes ser tú el que lo busque para tratar de ayudarlo, sino que debes esperarlo, siendo la mejor versión de ti mismo y continuando a superarte continuamente, para que algún día, el sujeto se halle en la necesidad de volver por ti, para tu ayuda, para tu apoyo. Y como TÚ eres y vives tratando de ser una buena persona y la MEJOR versión de ti HACIENDO EL MÁXIMO BIEN que se te PERMITE, entonces tú lo ayudarás, hablarás con él y verás cómo lograremos el acuerdo, el objetivo se habrá cumplido; ahora tenemos el apoyo de un ser extremadamente fuerte que se halla a nuestro lado. Todo por nuestros insanos e increíbles esfuerzos y principios que nunca nos hicieron darnos por vencidos.
- [INÚTIL] Obligar, esto se refiere a que una persona haga, piense, sienta o vea algo, sin que pueda elegir cómo hacerlo. Sin embargo; debido a que aquí estamos hablando de ayudar a alguien y darle el “cómo” usar un método (las herramientas) bajo nuestra voluntad y razón o llegar a un “acuerdo mutuo” entre ambos. Es que finalmente es inútil obligar a alguien a seguir un método y usarlo o llegar a un acuerdo, debido a que quien finalmente lo usará o seguirá, será aquel sujeto que estamos “obligando”; pero si es así, entonces lo estará haciendo “voluntariamente” ya que él ha decidido pensar o hacer aquello que le dijimos. Quizá es cierto que la manera que hemos optado para que lo haga es una de las anteriores, pero jamás será obligando debido a que siempre le daremos la opción de elegir cómo hacerlo y a qué acuerdo llegamos entre los dos. Lo que nos interesa es que lo haga; y eso, solo se puede lograr con las otras maneras mencionadas previamente.